IdT – Les idées du théâtre


 

Aprobación

Autos sacramentales alegóricos y historiales dedicados a Cristo señor nuestro compuestos por don Pedro Calderón de la Barca

Castroverde, Juan Ignacio

Éditeur scientifique : Garrot Zambrana, Juan Carlos

Description

Auteur du paratexteCastroverde, Juan Ignacio

Auteur de la pièceCalderón de la Barca, Pedro

Titre de la pièceAutos sacramentales alegóricos y historiales dedicados a Cristo señor nuestro compuestos por don Pedro Calderón de la Barca

Titre du paratexteAprobación del reverendísimo Padre Juan Ignacio Castroverde, de la Compañía de Jesús, Predicador de su Majestad.

Genre du texteAprobación

Genre de la pièceRecueil d’autos sacramentales

Date1677

LangueEspagnol

ÉditionEn Madrid, en la Imprenta Imperial, por Joseph Fernández de Buendía, y a su costa. Véndese en su casa en la calle del duque de Alba, 1677, In-4°.

Éditeur scientifiqueGarrot Zambrana, Juan Carlos

Nombre de pages3

Adresse sourcehttp://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/4199032

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Mise à jour2014-01-20

Mots-clés

Mots-clés français

GenreComedia ; auto sacramental ; perfection supérieure des autos

DramaturgieAllégorie ; dénouement surprenant ; supériorité de Calderón sur les auteurs classiques, Aristote et Sénèque, et sur les auteurs modernes

ActionÉpisodes ; rigueur et cohérence de la construction de l’intrigue ; action principale et action secondaire ; perfection de l’architecture ; respect de la règle aristotélicienne : construction de la pièce en fonction du dénouement

RéceptionAttention du public jusqu’au dénouement ; succès

FinalitéUtilité morale ; plaisir

ExpressionPerfection de la langue ; éloquence et pureté du style

MetadiscoursAprobación : louange / censure

AutreHorace ; Bible (Ancien Testament) ; Plaute ; Térence ; Autos offerts à la Reine Marie-Thérèse et à l’Empereur Léopold

Mots-clés italiens

GenereComedia ; auto sacramental ; perfezione superiore degli autos

DrammaturgiaAllegoria ; snodo finale sorprendente ; superiorità di Calderon sugli autori classici, Aristotele e Seneca, e sugli autori moderni

AzioneEpisodi ; rigore e coerenza della costruzione dell’intreccio ; azione principale e azione secondaria ; prefezione dell’architettura ; rispetto della regola aristotelica : costruzione dell’opera in funzione dello snodo finale

RicezioneAttenzione del pubblico fino allo snodo ; successo

FinalitàUtilità morale ; diletto

EspressionePerfezione della lingua ; eloquenza e purezza dello stile

MetadiscorsoAprobación : lode / censura

AltriOrazio ; Bibbia (Antico Testamento) ; Plauto ; Terenzio ; autos offerti alla regina Maria Teresa e all’imperatore Leopoldo

Mots-clés espagnols

GéneroComedia ; auto sacramental ; perfección superior de los autos

DramaturgiaAlegoría ; desenlace sorprendente ; superioridad de Calderón sobre los autores clásicos, Aristóteles y Séneca, y sobre los modernos

AcciónÉpisodios ; rigor y coherencia de la construcción de la intriga ; acción principal y acción secundaria ; perfección de la arquitectura ; respeto de la regla aristotélica : construcción de la obra en función del desenlace

RecepciónAtención del público hasta el desenlace ; éxito

FinalidadUtilidad moral ; placer

ExpresiónPerfección de la lengua ; elocuencia y pureza del estilo

MetadiscursoAprobación : alabanza / censura

OtrasHoracio ; Biblia (Antiguo Testamento) ; Plauto ; Terencio ; autos ofrecidos a la Reina María Teresa y al emperador Leopoldo

Présentation

Présentation en français

Si les propos du père Castroverde sont dans la droite ligne des dithyrambes habituels de toutes les aprobaciones de notre dramaturge, notamment à partir de celle rédigée par Oña1, on retrouve néanmoins quelques observations de valeur, en particulier au sujet de la rigueur avec laquelle le poète bâtit ses intrigues, de telle sorte que la pièce devient une construction aussi rationnelle qu’un syllogisme. Ces qualités, déployées sur le terrain du théâtre profane, ne sont rien par rapport à l’art mis en œuvre dans les autos sacramentales ; mais qu’il s’agisse de la comedia ou de l’allégorie, le grand architecte qu’était Calderón excelle toujours en réunissant profondeur de sa pensée et beauté de la langue. Cependant, comme il fallait s’y attendre, Castroverde omet de relever le grand sens de l’humour qui ponctue certains des ces « sermons mis en vers »2 qu’il est train d’encenser.     

Présentation en espagnol

Si las palabras del padre Castroverde siguen la tradición ditirámbica habitual de todas las aprobaciones de nuestro autor, en particular a partir de la de Oña3; no por ello carecen de valiosas observaciones en particular referidas al rigor con el que el poeta construye sus intrigas hasta convertir sus obras en construcciones tan racionales como un silogismo. Estas cualidades, que se destacan en el teatro profano, palidecen ante las que encontramos en los autos sacramentales, pero ya se trate de comedia o de obras alegóricas, Calderón aparece como un gran arquitecto que reúne de manera eminente profundidad de pensamiento y belleza de estilo. Como cabía esperar, Castroverde omite cualquier elogio al gran sentido del humor que entrevera algunos de esos « sermones puestos en verso »4, que está prologando tan encomiásticamente.             

Texte

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Aprobación del reverendísimo Padre Juan Ignacio Castroverde, de la Compañía de Jesús, Predicador de su Majestad5.

M.P.S.

{NP5v} Remíteme V.A. el libro de Autos Sacramentales de don Pedro Calderón de la Barca, caballero del orden de Santiago, capellán de honor, y de la Capilla de los Reyes Nuevos de Toledo, para que salga a la censura común, después de haber logrado el aplauso común, y remíteme lo mismo que ya tiene aprobado, que tales son los esmeros de su justificación, con que la obediencia, que siempre es deuda a los preceptos de V.A., ahora es deuda, y sacrificio. No se puede entrar al conocimiento desta obra, aunque perdone la modestia de su autor, sin hablar de su elocuente estilo, de su admirable distribución, y de su fábrica sagrada, cuya abundancia le hace estéril, pues por mucho que se diga, nunca se cumple con lo que se debe decir, siendo de tan extraordinaria calidad, que los materiales que se buscan para su censura sirven para su elogio6.

Que este grande cortesano7 junte a la pureza del estilo la consonancia del metro con igualdad, no es mucho; que use del idioma natural con destreza, no causa admiración; que coloque lo delectable sin faltar a lo útil, sigue el precepto de Horacio8 ; que forme lazos del epicedio [sic] con el intento principal9, sin que la atención se le huya, así lo quisieron todos los clásicos, y no lo hallaron todos ; que se hagan consonancia la hermosura y la propriedad, algun[o]s lo consiguieron ; que las líneas miren al fin como a centro10, es de ingenio consiguiente ; que algunos célebres poetas españoles hayan hecho sus autos con acierto, no hay duda ; que la admirable forma que hoy tienen se debe sólo a don Pedro Calderón, es cierto11 ; y que en ella los escribe con celestial arquitectura, todos lo reconocen, y también el que siendo nuestro monarca quien en su dilatado imperio recibe como por tributo del sol sus más principales influencias, cuando quiere mostrar el grato obsequio a los vínculos del estrecho parentesco de una reina en Francia y de un emperador en Alemania, desestima sus tesoros, como prendas de menor valor, y explica su voluntad, remitiendo todos los años los autos deste insigne inge{NP5r}nio por la mayor riqueza que llevan sus extendidos reinos12, y así que las referidas partes (que cada una constituye un hombre de fama) se hallen todas juntas en nuestro español don Pedro, no sólo con singular elocuencia, sino en el mayor grado de perfección, es lo que más se debe estimar, y lo que nos da justos motivos para que le miremos por casi divino, pues es verdad que sus escritos no le contienen en los términos de humano.

La admirable distribución con que elevó la comedia a ciencia en perfecto silogismo13, proponiendo, dificultando, y resolviendo, no sólo adelantó, sino mudó la forma con que escribieron Terencio y Plauto en los antiguos, Petrarca en lo más moderno, y los españoles en nuestro siglo14, siendo así que el que más se ajustó a la regla del filósofo, tomando por principio el fin para formar el argumento, finis principium est in operabilibus15, consiguió el acierto en la tierra, que hasta allí estaba descubierta ; pero don Pedro siguió la misma regla, tomando también por principio el fin, pero la dio nuevos realces para su propósito, teniendo suspensa la atención, y equivocando diestramente ese mismo fin hasta que llegase16, descubriendo entonces a un tiempo todas las artes, y corriendo de una vez el velo a toda la pintura con general admiración, que es lo que no se le concedió a Aristóteles, y mucho menos a Séneca, por haberse contentado en lo cómico con el deleite del oído, y la dulzura del cuento: Hoec Poetis reliquantur, quibus aurem oblectare, & dulcem fabulam nectere propositum est17. Con que valiéndose de las perfecciones de la naturaleza, excluye todo artificio18, de que se infiere que si a tantos ingenios príncipes se adelanta en esta facultad don Pedro Calderón, nadie en esta facultad se atreverá a medir con él su estatura ; pero quién se ha de atrever, cuando sólo a él fue dada esta gracia en que parece se hace demonstración, porque después de haber enseñado el camino, dado la forma, y puesto la pauta, nadie le ha sabido imitar, pues esto mismo que hizo en la comedia, lo prosiguió con más alto modo en los autos, pasando de la propiedad del amor humano a la del amor divino, imitando al autor celestial, que las obras de gracia las conforma y proporciona a las de naturaleza con la diferencia de sus disposiciones.

La sagrada fábrica de hacer los conceptos de Cristo sacramentado representables, y explicarlos con la viva demonstración de alegorías, entendiendo una cosa por la significación de otra, son invenciones del entendimiento, cuya virtud no es otra que sa{NP5v}ber hallar, pues ¿cómo será éste  cuando arrebatado en éxtasis divinos imita al mismo Dios, que dice por Isaías: Notas facite in populis ad inventiones eius19 en los términos de encarnar, y sacramentarse20, y estas invenciones son las que nos explica debajo de figuras alegóricas, dispuestas con tal armonía, que desestimada la apariencia, se percibe la sustancia, adornándolas con todo lo que da de sí la retórica de variedad, hermosura, y alegría21, que es lo que da a entender el Psalmo 95 al mismo intento en las palabras: Tunc exultabunt omnia ligna siluarum a facie Domini quoniam venit22. Y esto lo dispone con tal firmeza, que no hay en este libro doctrina que no se conforme con el sentido indubitable de la Iglesia, ni con lo que (sin controversia) llevan sus doctores, y santos; y así V.A. siendo servido, puede dar al autor la licencia que pide para satisfacer la expectación general, y para que España entre las calamidades de la guerra23, tenga un buen día: Ne defrauderis a die bono24. En nuestro Colegio Imperial de la Compañía de Jesús. Setiembre diez de mil y seiscientos y setenta y seis.

Juan Ignacio de Castroverde.