Préface
Norte de la poesía española, ilustrado del sol de doce comedias (que forman segunda parte) de laureados poetas valencianos, y de doce escogidas loas y otras rimas a varios sujetos
Turia, Ricardo de
Éditeur scientifique : García-Reidy, Alejandro
Description
Auteur du paratexteTuria, Ricardo de
Auteur de la pièceMey, Aurelio (recopilador / editor)
Titre de la pièceNorte de la poesía española, ilustrado del sol de doce comedias (que forman segunda parte) de laureados poetas valencianos, y de doce escogidas loas y otras rimas a varios sujetos
Titre du paratexteApologético de las comedias españolas
Genre du textePréface
Genre de la pièceComedias
Date1616
LangueEspagnol
ÉditionValencia, Felipe Mey, 1616, in-4º
Éditeur scientifiqueGarcía-Reidy, Alejandro
Nombre de pages5
Adresse sourcehttp://books.google.es/books?id=-9VFAAAAcAAJ
Fichier TEIhttp://www.idt.paris-sorbonne.fr/tei/Turia-NortePoesia-Preface.xml
Fichier HTMLhttp://www.idt.paris-sorbonne.fr/html/Turia-NortePoesia-Preface.html
Fichier ODThttp://www.idt.paris-sorbonne.fr/odt/Turia-NortePoesia-Preface.odt
Mise à jour2015-01-13
Mots-clés
Mots-clés français
GenreComedia ; tragedia ; tragicomedia ; entremés
SourcesLope de Vega ; Gian Battista Guarini ; Aristote ; Sophocle ; Aristophane ; Démosthène
DramaturgieNon respect des règles classiques ; invention ; disposition ; élocution ; styles ; pasos
TempsNon respect de l’unité ; de l’action ; de la représentation
Personnage(s)Valet ; gracioso ; galant ; roi ; empereur ; monarque ; souverain pontife ; dame ; reine ; berger
ComédiensNaselli Alberto, surnommé ’Ganassa’
ScenographieMusique ; ballets
ReprésentationPublic
RéceptionSuccès de Lope de Vega
FinalitéThéâtre comme reflet de la vie ; plaire au public
ExpressionStyle bas
Relations professionnellesTaille des compagnies ; l’éditeur Aurelio Mey
AutreCritiques de la Comedia Nueva ; mélange des genres (mixte et composé) ; fecondité de Lope de Vega ; le théâtre comme peinture ; publication des comedias
Mots-clés italiens
GenereComedia ; tragedia ; tragicomedia ; entremés
FontiLope de Vega ; Gian Battista Guarini ; Aristotele ; Sofocle ; Aristofane ; Demostene
DrammaturgiaNon rispetto delle regole classiche ; invenzione ; disposizione ; elocuzione ; stili ; pasos
TempoNon rispetto dell’unità ; dell’azione ; della rappresentazione
Personaggio(i)Servot ; gracioso ; Innamorato ; rè ; imperatore ; monarca ; pontifice ; dama ; regina ; pastore
AttoriNaselli Alberto, detto ’Ganassa’
ScenografiaMusica ; balli
RappresentazionePubblico
RicezioneSuccesso di Lope de Vega
FinalitàTeatro come riflesso della vita ; piacere al pubblico
EspressioneStile semplice
Rapporti professionaliImportanza delle compagnie ; Aurelio Mey editore
AltriCritiche della Comedia Nueva ; mescolanza-fusione / mescolanza-agregazione ; fecondità di Lope de Vega ; teatro come pittura ; pubblicazione di comedias
Mots-clés espagnols
GéneroComedia ; tragedia ; tragicomedia ; entremés
FuentesLope de Vega ; Gian Battista Guarini ; Aristóteles ; Sófocles ; Aristófanes ; Demóstenes
DramaturgiaRuptura de las reglas clasicistas ; invención ; disposición ; elocución ; estilos ; pasos
TiempoRuptura de la unidad ; de la acción ; de la representación
Personaje(s)Lacayo ; gracioso ; galán ; rey ; emperador ; monarca ; pontífice ; dama ; reina ; pastor
Actor(es)Naselli Alberto, apodado ’Ganassa’
EscenografiaMúsica ; bailes
RepresentaciónPúblico
RecepciónÉxito de Lope de Vega
FinalidadTeatro como reflejo de la vida ; satisfacer al público
ExpresiónEstilo ínfimo
Relaciones profesionalesTamaño de las compañías ; editor Aurelio Mey
OtrasCríticos de la Comedia Nueva ; lo mixto / lo compuesto ; fecundidad de Lope de Vega ; el teatro como pintura ; publicación de comedias
Présentation
Présentation en français
(Traduction de Muriel Elvira)
Présentation en espagnol
Texte
Afficher les occurrences dans les notes
Apologético de las comedias españolas
{fol.A3v} Suelen los muy críticos t[e]rensiarcos y plautistas1 de estos tiempos condenar generalmente todas las comedias que en España se hacen y representan, así por monstruosas en la invención y disposición como impropias en la elocución, diciendo que la poesía cómica no permite introducción de personas graves, como son reyes, emperadores, monarcas y aun pontífices, ni menos el estilo adecuado a semejantes interlocutores, porque el que se ciñe dentro de esta esfera es el más ínfimo2 (como lo vieron los que se acuerdan en España del famoso cómico Ganasa, que en la primera entrada que hizo en ella robó igualmente el aplauso y dinero de todos3, y lo ven agora los que de nuestros españoles están en Italia, y aun los que, sin desamparar su patria, se aplican al estudio de letras humanas en todos los poetas cómicos); haciendo mucho donaire de que introduzcan en las comedias un lacayo que, en son de gracioso, no sólo no se le defienda el más escondido retrete que vive la dama, y aun la reina, pero ni el caso que necesita de más acuerdo, estudio y experiencia, comunicando con él altas razones de estado y secretos lances de amor4; así mismo, de ver los pastores tan entendidos, tan filósofos morales y naturales, como si toda su vida se hubieran criado a los pechos de las universidades más famosas. Pues al galán de la comedia (que, cuando mucho, en él se retrata un caballero, hijo legítimo de la ociosidad y regalo) le pintan tan universal en todas las ciencias que a ninguna deja de dar feliz alcance. Pues si entramos en el transcurso del tiempo, aquí es donde tienen los malcontentos (cierta secta de discretos que se usa agora, fundando su doctrina y superior ingenio en recibir con náuseas y amagos cuanto a su censura desdichadamente llega) la fortuna por la frente, aquí es donde con tono más alto, sin exceptuar lugar ni persona, acriminan este delito por mayor que de lesa majestad, pues dicen que si la comedia es un espejo de los sucesos de la vida humana5, ¿cómo quieren que en la primer jornada o acto nazca uno6, y en la segunda sea gallardo mancebo, y en la tercera, experimentado viejo, si todo esto pasa en discurso de dos horas?7
{fol.A4r} Bien pudiera yo responder con algún fundamento y aun ejemplos de los mismos Apolos a cuya sombra descansan muy sosegados estos nuestros fiscales, con decir que ninguna comedia de cuantas se representan en España lo es, sino tragicomedia, que es un mixto formado de lo cómico y lo trágico, tomando de éste las personas graves, la acción grande, el terror y la conmiseración, y de aquél el negocio particular, la risa y los donaires8; y nadie tenga por impropiedad esta mixtura, pues no repugna a la naturaleza y al arte poético que en una misma fábula concurran personas graves y humildes. ¿Qué tragedia hubo jamás que no tuviese más criados y otras personas de este jaez que personajes de mucha gravedad? Pues si vamos al Aedipo de Sófocles9, hallaremos aquella gallarda mezcla del rey Creonte y Tiresias con dos criados que eran pastores del ganado10, y si echamos mano de la comedia de Aristófanes, toparemos con la mixtura de hombres y dioses, ciudadanos y villanos, y hasta las bestias introduce que hablan en sus fábulas11. Pues si debajo de un poema puro como tragedia y comedia vemos esta mezcla de personas graves con las que no lo son, ¿qué mucho que en el mixto como tragicómico la hallemos? Y los españoles no han sido inventores de este mixto poema (aunque no perdieran opinión cuando lo fueran), que muy antiguo es, y en cualquier de ellos ha lucido más el ingenio del poeta por el gran artificio que incluye en sí la mezcla de cosas tan distintas y varias, y la unión de ellas no en forma de composición (como algunos han pensado), sino de mixtura, porque va mucho de un término al otro. Doctrina es del Filósofo en el primero De generatione12, muy vulgar13, donde muestra la diferencia que hay entre lo mixto y lo compuesto. Porque en lo mixto las partes pierden su forma y hacen una tercer materia muy diferente, y en lo compuesto cada parte se conserva ella misma como antes era, sin alterarse ni mudarse, antes bien se compone y junta, y lo que nace de esta composición no es un tercero alterado debajo de diferente forma, pero son dos cuerpos que trocándose no se compadecen entre sí, y se quedan los mismos que eran antes, así en acto como en potencia. Lo mixto podemos comparar (porque ejemplificando declararemos mejor nuestro concepto) al fabuloso Hermofrodito [sic]14: éste de hombre y mujer formaba un tercero participante de la una y otra naturaleza, de tal manera mixto que no se podía separar la una de la otra. Lo compuesto es semejante a un hombre que se abraza con una mujer y, desasidos, cada uno vuelve en su ser, porque sabida {fol.A4v}cosa es que el abrazarse no los confunde de manera que así el hombre como la mujer dejen de ser el mismo hombre y la mujer misma que eran antes, y cualquiera de ellos no guarde y reconozca entera su natura, su ser y su forma. De aquí nacen los no entendidos pasmos de los amantes, viendo que no pueden unir y mezclar los cuerpos en la misma forma que las almas: porque ellas, por medio de la voluntad, que no tiene otro acto que la cosa querida, acordándose y conformándose en querer una cosa misma, se juntan fácilmente, y de dos almas se hacen una. Pero los cuerpos, que no se pueden trocar ni penetrar, como se esmeran y trabajan en añudarse, vienen con esto a unirse de manera que hacen de dos (al parecer) un cuerpo solo, como de dos voluntades, una15.
Pero volviendo a nuestro propósito, que de él no poco nos hemos divertido, digo que, sin defender la comedia española ―o, por mejor decir, tragicomedia― con razones filosóficas ni metafísicas, sino arguyendo ab effectu16, y sin valerme de los ejemplos de otros poetas extranjeros que felizmente han escrito en estilo y forma tragicómica, pienso salir con mi intento. Cuando por los españoles fuera inventando este poema, antes es digno de alabanza que de reprehensión, dando por constante una máxima que no se puede negar ni cavilar 17, y es que los que escriben es a fin de satisfacer el gusto para quien escriben, aunque echen de ver que no van conforme las reglas que pide aquella compostura, y hace mal el que piensa que el dejar de seguillas nace de ignorallas; demás que los cómicos de nuestros tiempos tienen también probada su intención en otras obras que perfectamente han acabado y escrito con otros fines que el de satisfacer a tantos, que no necesitan para eternizar sus nombres de escribir las comedias con el rigor a que los reducen estos afectados censores con quien habla mi Apología18. Supuesta esta verdad, pregunto: ¿qué hazaña será más dificultosa: la de aprender las reglas y leyes que amaron Plauto y Terencio, y una vez sabidas regirse siempre por ellas en sus comedias; o la de seguir cada quince días nuevos términos y preceptos? Pues es infalible que la naturaleza española pide en las comedias lo que en los trajes, que son nuevos usos cada día. Tanto, que el príncipe de los poetas cómicos de nuestros tiempos y aun de los pasados, el famoso y nunca bien celebrado Lope de Vega, suele (oyendo así comedias suyas como ajenas) advertir los pasos que hacen maravilla y granjean aplauso19, y aquellos ―aunque sean impropios― imita en todo, buscándose ocasiones en nuevas {fol.A5r} comedias que, como de fuente perenne, nacen incesablemente de su fertilísimo ingenio20; y así, con justa razón, adquiere el favor que toda Europa y América le debe y paga gloriosamente21. Porque la cólera española está mejor con la pintura que con la historia22. Dígolo porque una tabla o lienzo de una vez ofrece cuanto tiene, y la historia se entrega al entendimiento o memoria con más dificultad, pues es al paso de los libros o capítulos en que el autor la distribuye. Y así, llevados de su naturaleza, querrían en una comedia no sólo ver el nacimiento prodigioso de un príncipe, pero las hazañas que prometió tan extraño principio, hasta ver el fin de sus días, si gozó de la gloria que sus heroicos hechos le prometieron. Y asimismo, en aquel breve término de dos horas querrían ver sucesos cómicos, trágicos y tragicómicos (dejando lo que es meramente cómico para argumento de los entremeses que se usan agora)23, y esto se confirma en la música de la misma comedia24, pues si comienzan por un tono grave, luego le quieren no sólo alegre y joli [sic]25, pero corrido y bullicioso, aun avivado con sainetes de bailes y danzas que mezclan en ellos26.
Pues si esto es así, y estas comedias no se han de representar en Grecia ni en Italia, sino en España, y el gusto español es de este metal, ¿por qué ha de dejar el poeta de conseguir su fin, que es el aplauso (primer precepto de Aristóteles en su Poética)27, por seguir las leyes de los pasados, tan ignorantes algunos que inventaron los prólogos y argumentos en las comedias no más de para declarar la traza y maraña de ellas, que sin esta ayuda de costa tan ayunos de entendellas se salían como entraban? Y la introducción de los lacayos en las comedias no es porque entiendan que la persona de un lacayo sea para comunicalle negocios de estado y de gobierno, sino por no multiplicar interlocutores, porque si a cada príncipe le hubiesen de poner la casa que su estado pide, ni habría compañía, por numerosa que fuese, que bastase a representar la comedia, ni menos teatro (aunque fuese un coliseo) de bastante capacidad a tantas figuras28; y así hace el lacayo las de todos los criados de aquel príncipe, y el aplicar donaires a su papel es por despertar el gusto, que tal vez es necesario, pues con lo mucho grave se empalaga muy fácilmente; como se vio en la donosa astucia de que usó aquel grande orador Demóstenes cuando vio la mayor parte de sus oyentes rendida al sueño y, para recordallos en atención y aplauso, les contó la novela De umbra asini, y en cobrándolos añudó el hilo de su discurso29. Y hacer fáciles dueños a los rudos pastores de ma{fol.A5v}terias profundas no desdice de lo que famosos y antiguos poetas han platicado, y por evitar prolijidad volvamos sólo los ojos a la tragicomedia que el laureado poeta Guarino hizo del Pastor Fido30, donde un sátiro que introduce (a imitación de los que en esta figura reprehendían los vicios de la república, de donde les quedó nombre de sátiras a los versos mordaces)31 habla en cosas tan altas y especulativas que es el mejor papel de la fábula; y define el mismo poeta al sátiro diciéndole en boca de Corisca: «messo homo, messo capra & tuto bestia»32. Pues obra es la del Pastor Fido y opinión es la del autor de las primeras que en Italia se celebran, así que no está la falta en las comedias españolas, sino en los Zoilos españoles33, pareciéndoles breve camino y libre de trabajo para conquistar el nombre de discretos la indistinta y ciega murmuración. Y si le preguntáis al más delicado de estos que os señale las partes de que ha de constar un perfecto poema cómico34, le sucede lo que a muchos poetas pintores de hermosuras humanas, pues las atribuyen facciones tan disformes que, si el más castigado pincel las redujera a plática, no hubiera inventado demonio tan horrible Jerónimo Bosco en sus trasnochados diabólicos caprichos35.
De esta calidad, de esta traza y estilo (que antes procuro calificar que disculpar), son las doce comedias que hoy Aurelio Mey36 expone al juicio y censura de toda España, deseando lisonjealla, haciéndole propias (con sacallas a luz) algunas obras que, con serlo de sus hijos, el olvido las oprimía de manera que, si bien no les robaba, les impidía tan dichoso blasón. La figura en que las halló (imagen del cadáver de Sagunto)37 y la en que hoy las restituye, con lo que supone de vigilante diligencia, acredita de lucido trabajo38. De ellas se representaron en tiempo (que no disputo si era el mismo que nos preside agora), pero bien sé que en una general aceptación resonaron los ecos del último verso; de ellas han salido a luz en esta era (ni sé si diga dichosa o trabajosa) no con menor suerte que las primeras. Con todo, no se las aseguro feliz por ver que no es un mismo contraste el que quilata en el teatro y el que califica en la impresión; no todo lo representable tiene esplendor impreso, ni todo lo impreso ilustra al que lo recita. Este riesgo corren, pero sin él, ¿qué pluma, por culta que fuese, voló por la región de este siglo?39